Aun el viaje más largo comienza por el primer paso. El autoliderazgo también. De esto sabe Alejandra Hartman, creadora de Lady Fierros, la primera clínica del automóvil exclusiva para mujeres. A las que empodera para que dejen de temer estar a cargo del auto que manejan. Hoy nos comparte las claves de su autoliderazgo, dentro y fuera del auto. ¡No te lo pierdas!
Los procesos para tomar decisiones, adquirir conocimientos, detectar y resolver problemas referidos al auto son los mismos que muchas mujeres enfrentan a diario en sus puestos de trabajo. Sin embargo la mayoría cree que no puede aplicar estas habilidades con su automóvil. Para empezar a hablar sobre este tema, te cuento quién es y a qué se dedica esta mujer multifacética y llena de energía.

¿Por qué no demostrar autoliderazgo a tu automóvil del que tanto dependes?
Betina Bensignor — Contame de vos…
Alejandra Hartman— Soy Alejandra Hartman, tengo 45 años, dos hijos: Paloma de 10 años y Vicente de 11. Me casé hace 21 años, cuando tenía 24. Con mi marido nos acompañamos mucho en los procesos de ambos, nos coacheamos. En todo mi proceso profesional me ha ayudado tenerlo a mi lado, siempre fue empoderador: “Si esto es lo que querés, andá por ese camino, yo te apoyo”, me dijo en distintas circunstancias, o: “Te apoyo, aunque me parece que quizás deberías tomar esta otra alternativa”.
BB— ¿Practican la mentoría mutua entre ustedes?
AH— Sí, siempre nos estamos alentando a dar un paso más. Siendo mujer te tenés que esforzar el doble en cualquier profesión, en cualquier empresa corporativa, y si no tenés a alguien que apoye ese proceso dentro del ámbito familiar es muy difícil poder llevarlo a cabo, más cuando los dos viajan. Merece un espacio especial, porque si hoy estoy en esto, además de mi autoliderazgo, es gracias al apoyo que tuve de parte de mi esposo y de mis hijos.
BB— Los hombres suelen no reconocer a su pareja. Pueden desplegar su carrera gracias a que tienen apoyo en su casa, pero ese apoyo está tan naturalizado que es invisible. El empoderamiento masculino parece obvio, ¿qué les dirías a las mujeres con respecto a su autoliderazgo y su autoempoderamiento?
AH— El autoliderazgo es algo que todas tenemos internamente, quizás los que nos rodearon no nos ayudaron a que se desarrolle. Ha florecido internamente en algunas mujeres, en otras no. Creo que tenemos que analizar y aprender con quiénes transitar por el camino que queremos, no el que nos impongan. No el estereotipo con el que nos educaron, sino lo que realmente nos va a hacer felices. Y no se trata de una lucha. A veces somos diferentes actitudinalmente. Algunas personas somos más avanzadas, otras no tanto. Creo que en esto una parte es innata y otra es la gente con la que nos rodeamos.
Yendo hacia atrás, uno no tiene que olvidarse de dónde viene. A veces no damos importancia a las vivencias de los padres y los abuelos, los esfuerzos que hicieron. Pienso que mis abuelos escaparon dejando su familia en medio de la guerra para construir una nueva vida acá. Empezaron de cero en ocupaciones que no habían tenido en Europa. Es bueno tener esto en cuenta porque también empodera: si ellos pudieron en esas condiciones, ¿por qué yo no voy a poder?
Por otra parte, llegando a los 40 años solemos transitar una crisis o necesitamos un cambio. Tal vez ya no queremos trabajar en relación de dependencia. Los años nos dan experiencia y nos vamos sintiendo más fuertes, un rasgo importante del autoliderazgo. En mi caso, recuerdo que pensé: ¿por qué todo lo que sé, se lo estoy dando a otro que no me lo está reconociendo? En algún momento parás y chequeás: ¿hacia dónde quiero ir, cómo quiero terminar mi vida profesional?

Aprender sobre tu vehículo refuerza tu independencia y autoconfianza.
El autoliderazgo va más allá de independizarse profesionalmente
BB— Las crisis son oportunidades de cambio.
AH— Hay muchos mitos en torno al cambio: ¿tiene que surgir necesariamente de una situación traumática? ¿Por qué no hacerlo cuando todo va bien? Es bueno tomarse un tiempo, cambiar de aire y pensar. Creo que todas tenemos algún miedo a dejar la situación de comodidad, de saber que tenemos un sueldo todos los meses. Al dejar lo conocido parecería que se viene el abismo, pero te puedo asegurar que todas las personas que conozco, que por obligación o por decisión han dado el salto, hoy son mucho más felices por haber dejado esa zona de confort.
El independizarte tiene sus problemas, pero el autoliderazgo va más allá. Tiene que ver con la realización como persona. Ahora tengo tiempo. Empecé a correr, luego a andar en bicicleta y hoy estoy haciendo triatlón. Ya voy por mi tercer medio ironman (una de las series de carreras de triatlón de media distancia). Esto me hace ver todo lo que me estaba perdiendo. Surgieron muchas cosas que ni esperaba. No se trata solo de la carrera profesional, porque a pesar de haber llegado a una posición máxima en una compañía, no me sentía realizada. Ahora puedo hacer esto que me gusta, ocuparme de los míos, de mi salud, en armonía. El equilibrio es muy importante y no siempre lo notamos cuando está faltando.
BB— ¿Cómo pasó Lady Fierros, de una idea, a ser una realidad concreta que crece cada día?
AH— Viniendo del mundo del marketing me preguntaba cómo es la relación de la mujer con el vehículo, porque veía que mi papá en su taller mecánico tenía clientas que lo consideraban como un psicólogo. Con el plus de que él va a buscar el auto a domicilio, esté donde esté. “Acá hay algo”, pensé. Y es que la mujer se siente tan desprotegida en este mundo del auto, que cuando confía en alguien no lo deja, lo consulta por cualquier pequeño ruido, lo toma como a un médico.
Entonces me pregunté qué pasaría si me largo a dar consejos en las redes sociales. Empecé a escuchar mi intuición: si la mujer está buscando este apoyo y necesita a alguien que la conecte con su auto, voy a lanzar una página web. Así fue cómo abrí la página en Facebookdando consejos a mujeres sobre cómo cambiar un neumático, cuáles son los líquidos del auto, qué cosas se pueden controlar y cuáles no. Hoy la página tiene más de 240.000 seguidores.

Lady Fierros apoya #RedShoeTuesday desde su lugar de influencia. Bravo!
BB— Entonces, Lady Fierros empezó como una inquietud, más que como un proyecto…
AH— Sí, la página de Facebook estaba funcionando a pleno. Tenía información que obtenía del taller de mi papá, investigaba temas específicos, más algo de mecánica que ya sabía. Le consulté a mi papá qué le preguntaban las mujeres cuando iban al taller, dónde le parecía que tienen más dudas. Me interesó saber qué habría que explicarles en un manual para hacer el service al auto y de qué cosas se olvidan, como para hacer una agenda de service.
Me propuse compartir desde qué cuidados tienen que tener para llevar a los chicos en el auto hasta tips de mantenimiento. No quería hablarles como si fuesen hombres que conocen de mecánica, sino alguien que no tiene idea. Alguien que tiene un auto que requiere mantenimiento porque no es como comprarse una cartera y cambiarla o comprarse otra el mes siguiente.
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BB— Habiendo sido ejecutiva en una multinacional sabés muy bien que hay mujeres que resuelven situaciones altamente complejas, y que frente a un desperfecto mínimo del auto se bloquean. Son mujeres con un alto nivel de autoliderazgo, una gran autonomía en sus ocupaciones y en sus decisiones pero no al volante, ¿con qué creés que tiene que ver esto?
AH— Veo por un lado una sensación o una creencia de que “esto no es lo mío”, “como no soy buena en esto lo delego”, y también “no sé y tampoco me interesa aprender porque creo que es complejo y no lo voy a entender”. Son prejuicios, pero también creo que desde que somos chicos parecería que el auto se relaciona sólo con el hombre.
BB— En una entrevista dijiste: “quiero que las mujeres sientan confianza y saquen pecho cuando se pongan a hablar de autos”. ¿Por qué? ¿Cuál fue tu desafío personal en esto?
AH— En lo personal (y lo sigue siendo), mi mayor desafío en esto es el que todavía mi papá y mi familia me vean dentro de este mundo sin sentir como una pérdida todo lo que estudié en la universidad.
En cuanto a Lady Fierros, la mujer se ha independizado en tantas cosas, ha empezado a sacar pecho en tantos temas, y en éste todavía no, sigue siendo un mundo de hombres aunque hablemos de igualdad. Creo que la industria no le está dando el lugar a la mujer, desde el momento en que vas a una concesionaria y la mayoría de los que atienden son hombres. Las publicidades tampoco están dirigidas a la mujer.

No esperes a que una situación extrema te encuentre desprevenida. Lady Fierros te da las herramientas para entender tu vehículo.
El vehículo como herramienta para fomentar el autoliderazgo
BB— ¿Cómo podemos las mujeres desarrollar nuestro autoliderazgo con esta herramienta que usamos a diario, que es el auto?
AH— Creo que a partir del conocimiento y del empoderamiento: “tengo este auto, lo elegí y lo compré yo y lo compartimos con mi marido”. Porque muchas mujeres manejan pero no saben qué significan las luces indicadoras. Son preguntas cruciales, si no le dan importancia a la lucecita del aceite, funden el motor y cuesta una fortuna arreglarlo. Y a eso hay que sumarle que después haya que soportar al marido diciendo: “ves, yo te dije, porque las mujeres…”
Una mujer me escribió contándome que se había divorciado, y que al hijo lo sabía manejar pero al auto no. El auto es libertad. Es una causa que tenemos que empezar a ver. No para competir, sino para tener un poco más de conocimiento y no sentirnos frustradas al tener que enfrentar un problema con el vehículo.
También está sucediendo que ahora hay hombres que tampoco tienen idea del auto. El 30% de mis seguidores son varones. Nos estamos encontrando con una generación en la que el hombre cambia pañales y hace cosas que antes hacía la mujer y ve de manera positiva que ella tome las riendas en lo relacionado con el vehículo.
Algunas mujeres me cuentan que cuando pasa algo con el neumático, las que lo cambian son ellas. No pretendo que la mujer eche mano del motor, sino que tenga un conocimiento básico para que cuando vaya al taller mecánico pueda pedir el repuesto que necesita.
BB—Estás rompiendo un estigma
AH— Sí, es un trabajo persistente porque las mujeres sentimos que tenemos que validar todo lo que hacemos. Yo no quiero que digan que sé de esto porque soy hija de un mecánico. Por eso me puse a estudiar en un instituto, estoy cursando mi segundo año y me estoy por recibir de técnica mecánica (este año somos dos mujeres en un curso de 20 varones).
En un estudio de mercado que hice les pregunté a las mujeres sobre los temas que creen que no pueden resolver solas y en los que dependen del hombre para tomar la decisión. Los que más las frustran y sobre aquellos en los que más les gustaría tener conocimiento para romper con esta dependencia. El primero fue el auto; el segundo, temas de plomería y el tercero, inversiones.
Otras preguntas mostraron que el 50% no lleva el auto al mecánico, y que de las mujeres que tienen vehículo el 70% no cambia el neumático sino que llaman al auxilio mecánico. Cuando les pregunto qué harían si están en la ruta con sus hijos en el auto y les informan que tienen que esperar tres horas al mecánico entienden que es mejor aprender que delegar.

Todos los martes, Alejandra Hartman se calza zapatos rojos en honor al #RedShoeTuesday!
BB—¿Te gustaría agregar algo?
AH— Me encantaría animar a todas las mujeres a celebrar en forma pública sus logros, cuando me cuentan que quieren empezar a manejar, lo hacen en voz baja, en lugar de decirme orgullosas: “mirá, cambié el neumático”, o “manejé sola por primera vez”.
En un programa de TV al que fui invitada un martes hicieron un comentario sobre los zapatos rojos que llevaba puestos. En ese momento entendí que la sola preparación genera que mires y decidas cuál es el zapato rojo que querés elegir. En mi caso, que tiene que ver con la mecánica, busqué uno con tachas. Fui con jeans y los zapatos rojos, y aunque no salió al aire les conté el significado; les pareció súper interesante.
Es maravilloso, porque este boca a boca del Red Shoe Movement está haciendo un ruido impresionante acá en Argentina y en otros países del mundo. El día que la mujer se calza su zapato rojo se para de otra manera, como digo, “saca el pecho” de otro modo, seguramente alguien le va a preguntar y va a contar el motivo. Este movimiento me parece muy empoderante para fomentar el autoliderazgo. Igual que la mentoría mutua.Porque creo que nadie sabe de todo. Intercambiar experiencias y conocimientos es gratificante y nutritivo, tenés algo para dar y algo para recibir, es reciproco. El otro me muestra una realidad que es importante conocer, es valioso participar y ver cómo cada uno desde nuestro lugar podemos aportar con recursos más igualitarios, que pueden no ser económicos, sino que a veces son de conocimiento, y no es más que un rato de nuestra parte
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