Resiliencia en tiempos difíciles- Cuando rendirse no es una opción
Con frecuencia la suerte juega un rol importante en el éxito de una pequeña empresa. Pero cuando las cosas no salen como esperamos, el éxito depende de nuestra resiliencia en tiempos difíciles.
Para Ann Mary Pagan Almodovar, fundadora de KokeAnn Gardens en Puerto Rico, algo siempre ha sido claro: rendirse no es una opción si queremos convertir nuestros sueños en una realidad.
Su negocio se especializa en arreglos de plantas realizados con una técnica artesanal japonesa llamada kokedama (“bola de musgo”). Nació en la Navidad de 2016 y ha prosperado a pesar de considerables obstáculos, demostrando la importancia de la perseverancia cuando se trata de cumplir metas. Aún antes del huracán María y los retos de la pandemia, Ann recibió un diagnóstico de cáncer y tuvo que dejar un trabajo que amó durante 15 años para iniciar su tratamiento. Desde entonces, ha luchado paso a paso por un sueño que aún la hace feliz.

KokeAnn Gardens es un negocio de una emprendedora que practica resiliencia en tiempos dificiles
Manteniéndose positiva: desarrollar resiliencia en tiempos difíciles
ALINE CERDÁN – ¿Cómo nació KokeAnn Gardens?
ANN MARY PAGAN ALMODOVAR –Empecé muy joven, a los 18 años, a trabajar con las plantas. Fui gerente de un vivero en el Pueblo de las Piedras. Hoy por hoy se ha convertido en mi pasión.
En el año 2016 me diagnosticaron con cáncer de ovario. Yo soy madre de tres hijos, en aquel entonces tenía 33 años (actualmente tengo 37) y cuando me dan esa noticia toda mi vida cambia. Tuve que ser sometida a una operación, al proceso de quimioterapia, y estoy muy agradecida porque es un proceso que sacó lo mejor de mí. Fue muy doloroso, fue muy difícil, pero pude conocerme mejor y saber la clase de mujer que soy. Es una forma positiva de ver lo que pasó.
En medio de ese proceso, mi pareja también queda sin trabajo. Era temporada navideña así que fue un momento muy complicado financieramente hablando. Nos tocaba reinventarnos. En el 2015, yo había conocido una técnica llamada kokedama y había trabajado con ella con el que había sido mi jefe antes, entonces sabía que era algo nuevo que tal vez pudiera funcionar. Hicimos una inversión de 200 dólares, que era lo último que teníamos disponible. Realmente arriesgamos todo. Gracias a Dios, fue todo un éxito.
Fue muy triste tomar la decisión, pero entregué mi carta de renuncia el 13 de enero del 2017. Era un gran riesgo, pero también era una gran oportunidad y así lo vi. Así que comencé con KokeAnn Gardens oficialmente, con todo lo que fue la promoción, darme a conocer, empezar a moverme y hacer todos los espacios.

Ann Mary Pagan Almodovar fundadora de KokeAnn Gardens
Resiliencia en tiempos difíciles
A.C. – ¿Cómo desarrollas tu resiliencia en tiempos difíciles?
A.M.P.A– Creo que KokeAnn desde el inicio ha surgido de un momento de crisis. El pensamiento que me ha ayudado a mantenerme en medio de la crisis es algo que yo tengo bien claro: hay que aprender a trabajar con lo que se tiene. El tener poco no necesariamente te limita a alcanzar lo que tú quieres, y eso es algo que me enseñó mi mamá.
Mi mamá era una joven con cinco muchachos cuando se quedó sola. Aún como adulta le digo, ¿cómo pudiste multiplicar lo poco que tenías para todos nosotros? Y realmente, eso fue un gran ejemplo para continuar en mi momento de crisis. Cada vez que tengo un momento de crisis, lo veo de esta forma: con lo que hay se trabaja y eso tiene que ser suficiente.
A.C. – ¿Cómo ha tenido que transformarse KokeAnn Gardens como resultado de la pandemia?
A.M.P.A – El beneficio que tenía KokeAnn es que nunca ha necesitado un local para hacer negocio. Desde el 2016, todas las ventas se hacían por teléfono y por medio de las redes sociales. Por ejemplo, tuvimos que comenzar a utilizar el correo. Antes no lo usábamos, tal vez para uno que otro cliente en Estados Unidos, pero no era lo que teníamos como costumbre. Tuvimos que comenzar a adaptarnos y aprender a hacer empaques de plantas (porque empacar plantas no es igual que empacar otros artículos). Básicamente creo que esa fue la adaptación que tuvimos que hacer cuando comenzó todo esto de la pandemia.
También hemos tenido que hacer cambios con nuestros talleres. Nosotros enseñamos a las personas a trabajar con plantas y a crear las kokedamas, y a crear arreglos con plantas vivas. Llevamos tres años haciendo ese tipo de talleres y ese era nuestro único contacto directo con las personas. Dije, bueno, tengo que perder el miedo a la tecnología, porque realmente no soy muy tecnológica. Y comenzamos, a hacer talleres online y se han llenado todos. Los materiales lo enviamos por correo y todo ha sido un éxito.

Desarrollar tu resliencia en tiempos difíciles es la única opción de salir adelante.
A moverse o morir
A.C. – ¿Qué retos y obstáculos se presentaron después del huracán María?
A.M.P.A– El huracán María es otro tema fuerte que tuvimos que vivir. Cuando comencé mi negocio, yo vivía en el Pueblo de las Piedras en una casa que tenía mi hermana con un poco de espacio en la parte atrás. Suficiente como para yo haber construido mi primer vivero. El negocio estaba creciendo y yo necesitaba un vivero para cuidar las plantitas que estábamos trabajando, además de para reunir a las personas en los talleres.
Cuando llegó el huracán María, como mucha gente, lo perdí todo incluso el vivero. Todo se cayó, las plantas se dañaron. A algunas de ellas las pude salvar, pero mucha sufrieron demasiado porque no tenía donde ponerlas. A las tres semanas ya estaba bastante incómoda con la situación. Comenzaron a llegar rumores de que en el área metropolitana estaba ya llegando la luz y el agua en algunos sectores. En ese momento se me prendió una bombilla y dije, “Tenemos que movernos de aquí porque aquí mi negocio se va a morir”.
Eso me llevó a tomar la decisión de que teníamos que mudarnos y lo hicimos lo más pronto posible. A las dos semanas ya me estaba mudando junto con toda mi familia para el pueblo de Toa Baja y ahí comenzamos de nuevo. Yo necesitaba estar en un lugar que me dejara llegar hasta donde estaban mis clientes y que yo pudiera estar cómoda con mis hijos. No podía dejar morir mi negocio. Me decía: “No puedo dejar que KokeAnn se caiga. Eso no puede suceder”. Esa fue la decisión más drástica que tomé luego del huracán María y fue para bien. Hoy estamos aquí gracias a esa decisión.

KokeAnn Gardens en Puerto Rico
Rendirse no es una opción
A.C.– ¿Qué crees que es lo más importante que has aprendido sobre resiliencia en tiempos difíciles?
A.M.P.A– Creo que aún no termino de aprender. Ser fuerte, cerrarse a noticias negativas y mantenerte positiva te ayudan a concentrarte en cuál es tu meta. Es estar segura de qué es lo que quieres y de hacia dónde vas. Estar claro en eso. Qué es lo que quieres en tu vida y tu sueño. Cuando te haces esas preguntas te levantas todos los días y dices, no importa lo que se venga, no importa lo que se escuche, tengo una meta. Hay que levantarnos todos los días y agarrar fuerzas de donde no las hay, de donde tal vez nadie tiene. Levantarse, poner una sonrisa en tu cara y decir: “Voy por mi sueño”. Es importante porque nadie lo va a hacer por ti. Mantenerte firme te hace pensar y te hace darte cuenta que si tú no lo haces, no existe nadie que lo haga por ti. Eso no va a llegar solo. No va a tocar a tu puerta y decir, “¡Hola! Soy tu sueño, he llegado hasta ti”. Nadie te lo va a traer en un paquetito así que si no lo haces tú, no lo hace nadie.
A.C. – ¿Qué consejo le darías a otras mujeres emprendedoras en esta época?
A.M.P.A– Mi consejo favorito para todo el mundo, no importa el nombre que tenga la crisis, es: Rendirse no es una opción. Yo me lo digo a mí misma todos los días, se lo digo a todos mis estudiantes, se lo digo a toda persona que llegue hasta mi. No importa cuán difícil sea, no importa cuánto dolor pueda causar tu crisis o tu situación, rendirse no puede estar en tu lista de opciones. Limpia tus lágrimas, ponte de pie y continúa.
No tienes que ir corriendo, no tienes que competir con nadie, simplemente darte cuenta que tu opción, tu única opción de éxito, es continuar. Si no funcionó por un lado, reinvéntate, crea otra idea. Tu cerebro es capaz de producir ideas todos los días, así que si no funciona una, intenta con una nueva. Vuelve, lee, busca información en el tema y continúa creando, pero no te rindas. Levántate y lucha por eso que tú quieres.
A.C. – ¿Qué te da fuerza e inspiración en momentos de crisis?
A.M.P.A– Esto es bien fácil para mí contestarlo y tiene un orden preciso. Yo he tenido mis momentos de dificultad, donde me he detenido porque soy un ser humano. He respirado profundo, he llorado muchísimo, y dentro de mí encontrado esa conexión directa con Dios dónde me puedo ir a quejar, y a la misma vez le digo, “Renueva mis fuerzas. Porque si me has traído hasta aquí, no fue para sentarme a llorar. Si me trajiste hasta aquí es porque hay algo más. Así que renueva mis fuerzas que necesito continuar”. Le sigue mi esposo, que es una persona súper fuerte, que no me deja caer, que me da la patada que necesito para levantarme, para no quejarme. Para que yo entienda que no importa lo difícil que es, ya hemos superado pruebas peores. Tiene esa esa habilidad de influenciar en mis decisiones. Y mis hijos, por supuesto. Verlos y simplemente saber que mi ejemplo va a influenciar en sus vidas, es una gran responsabilidad para mí. Me ayuda a decir, ¿sabes que? No vale quejarse.
Creo que esos tres elementos de la vida me han ayudado a recuperarme en cada momento de crisis, a levantarme y a continuar. A desarrollar mi resiliencia en tiempos difíciles.
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