Mujeres en Tecnología: Cómo es ser líder en Google
Entrevista a Florencia Sabatini
En momentos en que la sociedad pide a gritos más mujeres en tecnología, es bueno conversar con las que ya están en este campo. Enterarnos de cómo lo lograron, qué desafíos enfrentan y cómo inspirar a otras a que sigan sus pasos. ¡No te pierdas esta entrevista a Florencia Sabatini de Google!
Florencia Sabatini es la Gerente de Comunicaciones de Google Argentina. Más allá de ser una de las pocas mujeres en tecnología, se define a sí misma como una persona de acción y una apasionada de las relaciones públicas y las comunicaciones. Dueña de una personalidad creativa y una calidez inusual, le gusta innovar y asumir riesgos.
A lo largo de su carrera obtuvo los premios Konex de Platino en la categoría Comunicación Institucional (2017),Women to Watch otorgado en 2018 por AdLatina y AdAge, Premio a la excelencia Profesional del consejo profesional de RRPP (2013) y dos premios Eikon. En esta entrevista, exploramos algunas claves para fomentar que haya más mujeres en tecnología.
Betina Bensignor— ¿Cómo es trabajar en Google?
Florencia Sabatini— Para mí es el lugar ideal para que cada persona pueda desplegar todo su potencial profesional y humano. Se dan condiciones de trabajo, humanas, de recursos que hacen que uno se sienta a gusto y siempre dé lo mejor de sí frente a un objetivo.
Muchas veces los proyectos involucran a más de un área, son colaborativos entre departamentos, eso le agrega un condimento importante. Trabajo hace casi ocho años en esta compañía, no se parece a ninguna otra donde me haya desempeñado, es un mundo dentro del mundo de las empresas.

Mujeres en Tecnología: Florencia Sabatini en Google es un gran ejemplo de líder en esta industria
BB— ¿En qué consiste y por qué desarrollaron la campaña seamos protagonistas, que lanzaron en el Día Internacional de la Mujer con el hashtag #YoMeSumo?
FS— Estamos en un momento muy particular, se están alzando las voces en pos de la igualdad de género. Sin embargo, muchos medios caen en lugares comunes, de grandes generalidades. Yo creo que estos movimientos empiezan a generar fuerte impacto con altas probabilidades de cambio cuando suman datos a las enunciaciones: información “dura”.
Google está conformada básicamente por ingenieros, los datos y la información guían muchas de las acciones que se toman dentro y fuera de la compañía. Entonces, lanza un video sobre la importancia de la diversidad, y dentro de ella, la igualdad de género, para empezar a hablar con datos. Es crucial sustentar las declaraciones con datos, porque ante una contraargumentación, el dato duro es el mejor argumento. Entre otras cosas, en el video informamos qué porcentaje menos que los hombres ganan las mujeres, y con respecto a las mujeres en tecnología, de los 4.000 graduados en carreras informáticas en Argentina apenas el 18% son mujeres, y en la industria de tecnología local trabajan solamente un 6% de mujeres.

Florencia Sabatini cambiar paradigmas para conseguir que haya más mujeres en tecnología
¡No te pierdas esta nota de una mujer en otro sector tradicionalmente masculino!
Falta de mujeres en tecnología
BB—¿Por qué comunicar esta problemática?
FS—Google es una empresa diversa que respalda la igualdad de género, pero hay cuestiones que nos exceden, por ejemplo, la oferta de ingenieras. Las problemáticas se inician unos pasos atrás: cuántas mujeres eligen carreras duras y por qué suelen no escogerlas, es decir, por qué hay tan pocas mujeres en tecnología. Ahí pasamos a otra: los modelos que mostramos a las nenas por el simple hecho de ser mujeres: ¿por qué, en vez de regalarles un cochecito, no les regalamos un Lego o un robot para armar?
Estas son temáticas sociales, culturales y educativas. Hay una cantidad de ingenieras en el país de las cuales algunas están sumamente capacitadas, otras medianamente y otras poco. Una compañía como Google, que busca ingenieras con determinadas características, tiene un universo de selección reducido porque pocas mujeres se han inclinado a la ingeniería.
Entonces, cuando se abre un puesto de ingeniero, hay más chance de que sea ocupado por un hombre. No significa que no exista una mujer que cumpla con esas condiciones, es una cuestión de proporción estadística.
Creo que hay un estereotipo que romper, y esto se logra fomentando una cultura diferente, cambiando patrones en los sistemas educativos, en la casa, en los grupos sociales. Necesitamos de manera urgente cambios de paradigmas para que todo sea más diverso, que haya más docentes hombres y más ingenieras mujeres. Google promueve que en la diversidad está la riqueza, necesitamos diversidad en todas las áreas.
BB— Un estudio de McKinsey y LeanIn.Org informa que en Silicon Valley las mujeres ocupan el 36% de los puestos de entrada en el sector de la tecnología y solo el 27% de los cuadros medios. Las cifras son peores para puestos de vicepresidente o superiores. En este momento en que tenemos mayor acceso a lugares públicos, al ejercicio de poder, ¿qué falta para concretar el acceso a puestos de decisión en directorios de empresas tecnológicas?
FS—Primero, el acercamiento de las mujeres a la tecnología a una edad temprana. Segundo, creo que las políticas públicas en favor de esto funcionan como factores de aceleración, hay ejemplos en países como Suecia o Noruega, donde se reglamentó una ley según la cual el 50% de los miembros de los directorios de las empresas estatales tienen que ser mujeres. Esto se cumplió con exactitud y además se irradió a las empresas privadas.
Muchas veces se critica estas medidas porque se dice que son independientes de la capacidad de los postulantes, sin embargo la experiencia demuestra que funcionan como aceleradores de cambio.
BB— ¿Significa que es positivo recurrir al cupo?
FS—Sí, lo vemos en la política, uno de los primeros ámbitos donde se reglamentó el cupo femenino, hoy en la composición de las cámaras hay muchas mujeres que ocupan espacios de poder en el ámbito público.
¿Viste nuestra iniciativa para Equidad de Género "Ring the Bell on the 7 Seas"?

Todos podemos hacer algo para fomentar desde muy temprano un balance de género en los diferentes campos.
La flexibilidad de la organización contribuye a sumar más mujeres en tecnología
BB— Vos entraste a trabajar a Google durante el embarazo de tu primer hijo, algo que no es frecuente en otras empresas e industrias. ¿Qué les justificó tomar esta decisión a favor de tu incorporación, habiendo podido tomar a un hombre?
FS—Esto se lo tendrías que preguntar a Google (risas). Para poder entrar no sólo te entrevista quien podría ser tu futuro jefe, sino también otras personas, jefes de otras áreas. Es un recurso muy interesante.
Cuando pregunté por qué me iban a tomar estando embarazada, quien se convirtió en mi jefe me contestó: “¿Vos pensás que en Google contratamos a la gente por su estado y no por su talento?”
BB— Más que hablar de un “perfil”, ¿qué les atrajo de vos, para tomarte aun en ese estado en el que la mayoría de las empresas te hubieran descartado como postulante?
FS—Creo que Google decidió por mí porque tengo cosas que jugaron a mi favor. Primero, me gusta asumir riesgos. Ya presentarme a un proceso de entrevista sabiendo que estaba embarazada significa que la empresa puede ser “particular”, pero yo también lo soy. Segundo, acá no es suficiente el hecho de que seas muy bueno en lo que sabés hacer, sino que además puedas traer una ruta, una hoja de vida interesante, rica, que tenga también fracasos, pruebas, intentos. Empecé a trabajar muy joven, primero en Mc Donalds, gané una beca para estudiar en Finlandia, trabajé y viví en México, en Trinidad y Tobago. Estuve siempre en movimiento y buscando cosas diferentes que sumaran valor y riqueza a mi vida. Me gusta la música, toco instrumentos de oído. Esto en Google suma mucho. Podés tener un PhD en IT, pero si no aportás algo distinto, te va a faltar ese plus.
En tercer lugar, desde un punto de vista más técnico a nivel comunicaciones, creo que una de las cosas que sumó a mi trabajo es un componente de mucha creatividad; y cuarto, no concibo mi trabajo si no es con pasión. Es algo que se transmite, soy una persona apasionada por lo que hago.
Las mujeres en tecnología aportan un estilo de liderazgo diferente

Florencia Sabatini, Gerente de Comunicaciones de Google Argentina.
BB— ¿Cómo es tu estilo de liderazgo?
FS—Muy transparente y participativo. Pueden dar cuenta de esto quienes participan de nuestras reuniones semanales, que resultan interesantes, divertidas, dinámicas y enriquecedoras. Trabajar con alegría es fundamental para nosotros.
Creo que mi liderazgo tiene una cuota importante de humor, el buen clima para mí genera todo. Es la base para que uno se sienta cómodo para compartir, para aportar ideas, nadie te va a censurar o mirar con mala cara.
Fui docente universitaria muchos años, eso fue un entrenamiento en cuanto a la dinámica de grupo, lo enfocada que tenés que estar si tenés que mantener atentas a 45 personas. Parte de esa experiencia es lo que me permite gestionar exitosamente los grupos de trabajo.
Creo que la transparencia nos puede llevar siempre más lejos, en vez del ocultamiento, la tergiversación o el disfraz. Hay quienes adhieren más o menos a esta postura porque a veces no es conveniente, políticamente hablando. Pero a mí ser así, sin dobleces, siempre me trajo buenos resultados en el trabajo en equipo. Lo que ves es lo que tenés.
Las mujeres en tecnología suelen romper barreras desde temprano
BB— ¿Trabajaste en empresas donde no era valorada tu creatividad?
FS—Si claro, y era una molestia. Ya en la escuela primaria. No hay mucho espacio para la creatividad en un colegio de monjas. Usábamos uniforme, teníamos que responder a un modelo al que yo no respondía bajo ningún punto de vista.
Fui a la primaria durante la dictadura militar y la cosa muy pautada la puedo soportar hasta que empieza a no tener sentido. Y cuando no lo tenía yo lo replanteaba, con muchísimo respeto, y ése era el problema, porque yo era muy educada, presentaba cartas, hablaba con mucha propiedad.
A los once años me regalaron un organito de veinte teclas y empecé a sacar las canciones de la iglesia. Una vez una maestra me sumó a la misa con mi pequeño órgano, intercalado a las canciones con guitarra. Cuando la directora se enteró, por poco le da un ataque: “acá las canciones de iglesia se tocan con la guitarra, no quiero ninguna variación”, dijo. Fue triste para mí, habría sido una manera de hacer menos monótona la misa.
Un día tocó el timbre de mi casa el único hombre del colegio: el cura, el Padre Ítalo (no me voy a olvidar nunca), me trajo un órgano profesional para que practicara, quería que yo tocara en la misa de fin de año. “Pero la directora no quiere”, le dije. Mi mamá no entendía, yo no le había contado nada. El padre Ítalo le explicó: “Le traje el órgano porque la misa de fin de año la organizo yo, y quiero que ella toque”.
Estuve tres meses practicando. En la misa de fin de año apareció el órgano en la capilla del colegio, todo el mundo miraba extrañado. El propio cura se rebeló conmigo y me acompañó para introducir una innovación donde parecía imposible. Siempre desestructuro moldes, no confrontando mal y, continuamente, aparece alguien a quien le gusta lo disruptivo y dice: “sí, asumamos el riesgo”.
BB— ¿Qué hacer para que las mujeres con iniciativa y enfoque personal conserven ese potencial interno y no lo abandonen en empresas donde no lo reconocen, con jefes que no las valoran? No siempre la solución está en irse y no siempre la solución está en quedarse, ¿que podrías decirles?
FS—Las mujeres creemos que el poder que ahora tenemos se debe a la mayor visibilidad de los temas, pero el poder femenino siempre residió en las propias mujeres. Y creo que este mensaje nos tiene que llevar desde la convicción hasta la acción, a seguir modificando las cosas.
A lo largo de la historia hubo mujeres que hicieron cosas muy importantes en sistemas que estaban en su contra. El registro público de estas grandiosas obras está disminuido, pero ahora con la tecnología e internet no hay límites para su difusión.
BB— La conectividad favorece que no estemos haciendo cosas de manera aislada. Hoy las mujeres nos estamos agrupando, visibilizando, no estamos donde estábamos antes.
FS—La tecnología es un gran acelerador de este proceso. Estoy a favor de la igualdad de género pero no a través de un feminismo extremo. He crecido y evolucionado profesionalmente donde el contexto no era tan favorable, viví un año en México, una sociedad que a principio del 2000 era extremadamente machista, y pude desenvolverme sin problema. Nunca dejé de creer en mí, nunca me sentí inferior.
A veces pienso que las mujeres tenemos que creer más en nosotras mismas para poder ser agentes de cambio con alto impacto. Y vuelvo al inicio de nuestra entrevista: para eso los números son fulminantes, dejemos las declaraciones generalistas y poco precisas. Empecemos a acompañarlas con números y porcentajes. Es bueno que tomemos algo del mundo de los hombres, que son más concretos, más numéricos. Si queremos sumar más mujeres en tecnología y en otros campos tradicionalmente masculinos, usemos herramientas como los datos y las estadísticas.

Insights de Florencia Sabatini para que las mujeres sean agentes de cambio de alto impacto.
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