Mujeres en STEM: 7 Claves de una estudiante exitosa
Cuando se habla de Mujeres en STEM, en general es para remarcar las pocas que hay. Mi objetivo en este post es compartir la historia de una joven estudiante que está rompiendo este estereotipo. Es Andrea de Anda Kuri que a los 22 años está cursando no una sino dos carreras en ingeniería. Te prometo que te va a inspirar.
Ser mujer en el área de STEM (Ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, por sus siglas en inglés) puede sonar desafiante, y lo es. Pero aún así Andrea está cursando en simultáneo las carreras de ingeniería industrial e ingeniería en computación en el Instituto Tecnológico Autónomo de México. “Entré primero a una, y vi que me gustaba. Pero después vi que había otra que también me llamaba la atención. Estando en segundo o tercer semestre dije ‘agregamos otra’, así que ya son dos”.
Según la Unesco, incorporar mujeres en STEM contribuye al desarrollo económico.

Mujeres en STEM- Andrea de Anda Kuri
Y por impresionante que suene, eso no es todo. Andrea también estudió para ser chef, y ya tiene su título. “Yo bromeaba: decía que si no me gustaban las ingenierías, entonces iba a estudiar para ser chef. Al final encontré un lugar donde podía estudiar esto los sábados, y así me recibí también de chef.” Empezamos a encontrar un patrón, que ella también enseguida remarca: “Me gusta mucho estudiar, la verdad. Me gusta aprender.”
En su familia no hay nadie que se dedique a lo que ella hace, pero eso no la detuvo. Le sobran referencias de mujeres ejemplares, cada una con su camino, y ella ha tomado lo mejor de cada una. Entre ellas se apoyan: “cuando llegué y le conté a mi mamá [que quería anotarme en una segunda carrera], me dijo que lo hiciera, que estaba padrísimo. Eso también me ayudó mucho”.
Cuenta que quería estudiar química, y luego estuvo entre arquitectura o ingeniería. “Pero llegó un profesor que me dijo que yo tenía potencial para ser mujer STEM, y que hacían falta mujeres en ese área”, y ahí se decidió.
Me llama la atención que traiga, por cuenta propia, el concepto de mujeres en STEM, y le pregunto qué opinaba de esto cuando lo veía “desde afuera”. “Sabía que era un área difícil, pero no me imaginaba que fuera tan extremo. Una vez que entré, me di cuenta que éramos muy pocas mujeres. Teníamos clases en las que había veintitantos alumnos, de los cuales sólo dos éramos mujeres.”
Al principio se relacionaba más con los hombres, pero cuando comenzó a hacerse amiga de sus compañeras “nos unimos como mujeres en STEM”. “Tenía miedo que al ser tan poquitas, eso hiciera que se transformara en una competencia para ver quién sobresalía, pero fue justo al revés. Somos tan poquitas que nos apoyamos entre todas para sobresalir como grupo. Y eso es algo que me gusta mucho, la verdad.”
Para su tesis, Andrea está decidida que quiere que la asesore una mujer. En esa búsqueda, se encontró con una profesora que la ayudó a reflexionar sobre la brecha de género, por ejemplo en salarios y cupos. “En mi escuela hay cinco carreras de ingeniería, y sólo hay una directora de carrera que es mujer, y no hay tantas mujeres profesoras tampoco.”
Estas áreas son de por sí muy complejas, y participar en ellas siendo mujer aumenta considerablemente la dificultad. Parecería haber una creencia generalizada de que las mujeres no estamos -ni podemos llegar a estar- capacitadas para participar en estos espacios tradicionalmente ocupados por hombres. Pero para Andrea, como para muchas otras mujeres, eso no es un impedimento, porque ella está convencida de lo que hace.

Mujeres en STEM- sobresalir entre todas
SOL FELDSZTEJN– Creo que los desafíos te motivan más, ¿no?
ANDREA DE ANDA KURI– Sí, la verdad sí. Sabía que la carrera es una que tiene bastante carga, hice mi investigación previa, pero eso no me detuvo. Crecí en un ambiente en el que somos muchas mujeres. Mi mamá tiene tres hermanas. Ella es la mayor, y es una excelente abogada. Trabaja en la Suprema Corte de México, y siempre ha sido un gran ejemplo para mi, Luego está, por ejemplo, mi tía Lore, que también es una mujer increíble. Viví con ella un año. Ella se preocupa mucho por la diversidad y la inclusión.
Crecí también en casa de mi abuela, que es una mujer brillante, entonces yo tengo un poco de eso.
SF –¿Por qué decís que tu abuela es una mujer brillante?
AAK –Ella estudió dos carreras, tiene también maestrías y un doctorado, le encanta enseñar. Es una mujer que siempre me ha motivado a ser mejor. Mi abuela y todas mis tías.
SF –En tu familia nunca te cuestionaron. Pero por fuera de tu círculo, ¿qué mitos o ideas equivocadas crees que hay de las mujeres en STEM?
AAK –Sobre todo las generaciones de más arriba no pueden creer que haya mujeres en este área ni que sean buenas. Es un problema.
Por ejemplo, hace un año tuve una entrevista para un trabajo para hacer una página web. Llegué a la entrevista, y la persona no quería verme a los ojos mientras hablábamos. Salí de ahí y le dije a mi mamá: “yo sabía que iba a ser complicado ser una mujer en STEM, pero nunca creí que fuera a ser tan difícil. Aunque yo definitivamente tenía idea de lo que estaba hablando, no me tomaron en serio”. Fue muy impresionante darme cuenta que hay gente que cree que por ser mujeres en este área no sabemos de lo que estamos hablando.
SF –Lamentablemente es una experiencia pequeña que refleja algo mucho más grande, ¿cómo cambió eso tu accionar a futuro?
AAK –En el momento no dije nada, pero trataba de contestar bien las preguntas que me hacían, y con un poco más también. Si esta persona no cree que yo sé, tengo que demostrarle que sí. Creo que hasta quería probarme a mí misma.
Cuando salí, me di cuenta que la tengo mucho más complicada que muchos de mis amigos, y que tengo que esforzarme más para poder sobresalir y triunfar en este mundo en el que hay gente tan cerrada que cree que por ser mujeres no vamos a poder.
Esto me remonta a algo que me decía antes: “he tenido clases en las que parecería que los profesores se niegan a creer que nos puede ir mejor. Termina pasando que hago lo mismo que mis compañeros, o más, y me va peor que a ellos. Me pasaba a veces de notar que estaba haciendo todo y mi calificación no lo reflejaba. Cuando eso pasa siempre trato de esforzarme otro poco más y ver qué logro. Trato de estudiar todo lo que puedo, tomar cursos, participar en actividades extracurriculares, en fin… ver qué puedo hacer para tener ese poquito extra que desgraciadamente necesitamos tener algunas veces.”
Andrea participó con algunos amigos de ingeniería (otras 3 mujeres y 2 varones) en un concurso, el cual ganaron. Cuenta que estaba principalmente orientado hacia diseñadores y mercadólogos, pero que ellos decidieron anotarse igual. “Fue una buena oportunidad de otro tipo de aprendizaje. Nosotros, como ingenieros, a veces perdemos ese contacto con la realidad. Todo lo que hacemos es para un usuario, y creo que este concurso nos sirvió mucho para pensar en lo humano.”
Reconoce también la importancia de trabajar en equipo. “Muchos creen que no necesitan trabajar conjuntamente, que pueden hacerlo solos. Pero me parece que es muy importante aprender a hacerlo. A mí personalmente me costaba y a veces me cuesta trabajar en equipo, pero me he estado esforzando por cambiarlo porque me he dado cuenta que cuando lo haces y lo haces bien, puedes lograr objetivos muy buenos, muchas veces mejores que si trabajaras sola.”
SF –¿Notas que en general es un ambiente muy competitivo?
AAK –Creo que sí puede serlo, y vamos a tener que encontrar nosotras, como mujeres en áreas en las que somos pocas, la forma de que se den cuenta que podemos hacer las cosas igual o mejor que el resto. Eso no significa que queremos que nos contraten por ser mujeres, sino que queremos que nos den las mismas oportunidades.
Con sus amigos comparten los apuntes, y a veces hasta rotan un cuaderno donde cada uno anota una parte de la clase. Ese cuaderno colaborativo es un perfecto ejemplo del trabajo en equipo del que recién nos contaba.
Andrea estudia con sus compañeros, pero también se permite sus ratos de distensión. “La verdad es que nunca dejé mi vida social por la escuela.” A veces va a comer con sus amigos, o al gimnasio. Ahora también empezó a aprender guitarra.

Mujeres en STEM- sobresalir entre todas. Estudiar cosas que le apasionan (además de ingeniería) es algo que caracteriza a Andrea de Anda Kuri
Mujeres en STEM: Las 7 Claves de Andrea de Anda Kuri
1Haz algo que te guste: “Cuando hago algo que me gusta, no me pesa, y puedo dedicarle muchas horas, desvelos, o lo que sea necesario. Y buscar una motivación, que va de la mano con eso.”
2No te compares con los demás: “Puedes ir viendo los éxitos del resto sin pensar ‘les está yendo mejor que a mi’. Que no se transforme en una competencia, sino al contrario, motívate con ellos. Aunque no sean los demás los que te están tratando de tirar, tú tampoco te tires a tí misma viendo sus logros. Mide tu éxito, tu avance y tu progreso contigo misma.”
3Recuerda que no estás sola: es un viaje complicado, y mucha gente va a dudar de nuestro talento o creer que por ser mujeres no podemos hacerlo, pero en el futuro vas a ver que vale la pena. Trabaja en equipo y crea un círculo de apoyo a tu alrededor.
4Compleméntate con otras mujeres: En relación con el punto anterior, “tienes otras mujeres alrededor que te van a ayudar, y si nos ayudamos vamos a lograr sobresalir más.”
5Desarrolla tu network y tu reputación: “El networking es muy importante, e ir creando una buena imagen. Ir viendo en qué otros espacios te puedes involucrar, en qué actividades extracurriculares, etcétera. También me gusta llevarme bien con profesores, que eventualmente van a poder recomendarme para algún puesto, o darme una carta de referencia.”
6Organízate: “Soy una persona muy de rutinas y horarios, y aunque creo que no es necesario tenerlo muy estrictamente para todo, hacerlo, en la medida de lo posible, ayuda.”
7Aprende a lidiar con la frustración: “Es algo que a mi me costó mucho trabajo. Pero creo que es importante darse cuenta que a veces las cosas no salen 100% como tú esperas, y que eso no está mal, ni tiene por qué desmotivarte o hacer que te rindas. Hay que seguir parándose todas las veces que sean necesarias.” A veces las cosas salen bien, otras no tanto. Son ciclos, lo importante es seguir.
Le hago entonces la última pregunta, cuya respuesta, casi irónicamente, como si nuestra conversación también fuera un ciclo, nos remonta a los inicios de la charla:
SF –¿Cómo aprendiste a lidiar con la frustración?
AAK –Creo que vuelve al principio, con mi familia. Siempre he visto que nadie se rinde, entonces yo tampoco lo quiero hacer. Desde chica me enseñaron que incluso cuando las cosas no salen, nos ponemos de pie y vemos cómo hacemos. Hay que entender que está bien no hacerlo todo perfecto. Y confiar en que a algún lugar estamos yendo. Quién sabe a dónde sea, pero vamos.

Mujeres en STEM- Andrea de Anda Kuri sobre los prejuicios en el rubro
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