Un hombre emprendedor con una visión única
Cuando el Red Shoe Movement recién daba sus primeros pasos, Marcelo Silbert, un hombre emprendedor nos ofreció altruistamente su tiempo y sus conocimientos para ayudarnos a despegar.
Los comienzos de cualquier empresa, proyecto o iniciativa suelen ser complicados y para las mujeres a veces lo son aún más. A los desafíos normales de un nuevo emprendimiento se le suma la segunda carga de responsabilidad familiar y en el momento de buscar fondos, la menor predisposición de los inversores y banqueros a financiar al género femenino.
El Red Shoe Movement tuvo suerte porque Marcelo Silbert, un hombre emprendedor, emprendedor serial, oriundo de Argentina y que vive en Barcelona hace más de una década, se nos acercó con la intención de asistir en lo que pudiera. Trajo ideas innovadoras y una perspectiva diferente al RSM y fue el primer hombre en apoyar a esta plataforma de mujeres. Hoy le rendimos homenaje entrevistándolo para nuestro sitio.
La formación de un hombre emprendedor
Desde muy joven fuiste un hombre emprendedor. Cabe la pregunta, ¿un hombre emprendedor y visionario como tú nace o se hace?
Más que visionario me definiría como un hombre observador con una curiosidad inquieta o inquietud curiosa. Quizás la respuesta as acertada sea que se nace o que se hace. Se hace compartiendo tiempo con emprendedores que siempre están dispuestos a transmitir su visión e imaginación.
¿Cómo empezó tu carrera de empresario serial?
Empresario es quien pasa de emprendedor a construir empresas que perduran y es mucho decir para mi. Me defino mas como un inquieto y permanente emprendedor. Soy un hombre emprendedor. Estoy siempre comenzando pero la construcción y el largo plazo no es mi fuerte. Empecé vendiendo plantas a las amigas de mi madre con 15 años. Me motivaba contar con mi propio dinero para poder disponer de él sin dar explicaciones. Luego con 19 llego el primer emprendimiento con una agencia de marketing con un amigo un poco mayor que parecía tener toda la experiencia que le daban 6 años más que yo!!! Cuando empezaba la tecnología fui tras las computadoras creyendo que Ram era una marca… luego alguien muy inteligente cuando el hardware se convertía en commodity me dijo: “lo que viene es el software”. A partir de eso participé en dos grande proyectos de desarrollo pionero en Argentina. Vendí mi empresa y me gasté el dinero en algunos malos negocios por querer tomar un atajo. La conclusión es que hay que trabajar. Siguieron proyectos de marketing directo y la burbuja tecnológica me trajo a España. Regresé un tiempo a Argentina pero la crisis del 2001 me obligó a empezar de nuevo en Barcelona, donde tuve la gran suerte de convertir mi hobby, los barcos de vela, en empresa. Es decir, siempre mantuve la actitud de un hombre empresario y continué participando en proyectos diversos aportando mi granito de arena donde hay buenos equipos de trabajo que ejecutan buenas ideas.
¿Qué es lo que más te apasiona de los negocios?
Visto en perspectiva lo que mas me motiva es conocer gente interesante. Hoy al mirar un plan de negocios lo primero que me pregunto es con quien me va a obligar a hablar este proyecto cada mañana. Me apasiona observar, aprender, compartir y facilitar la interacción entre las personas involucradas para que sucedan cosas, para hacer posible los proyectos. Vivir el proceso de aprendizaje en el que nos damos golpes y sorteamos dificultades es apasionante, pero es especialmente gratificante ver como en el próximo paso aprendiste del anterior y todo sale mejor. También un motor es el desafío de desarrollar proyectos en el mundo real que nacen de la imaginación, de ideas compartidas con amigos, y hasta de una tontería. La satisfacción cuando las cosas salen bien es indescriptible. Igual no hay que dar nada por hecho y estar siempre alerta para innovar, mejorar y seguir creando.
La filosofía de vida de un hombre emprendedor bastante único
Sabemos que tienes una perspectiva de la vida bastante inusual. ¿Nos la podrías explicar en pocas palabras?
Intentare definirlo con una café que compartí a los 19 años con alguien en el camino que emprendí como mochilero en esa época. Mi educación dictaba que esa edad era la última en que uno puede “perder el tiempo” viajando por el mundo sin rumbo. En New Orleans me encontré en un B&B con un holandés que tenía no 19 sino unos 40 años. le pregunté cómo podía ser que estuviera perdiendo el tiempo viajando como yo y me dio un tip que fue la base de mi estilo de vida.
—Lo primero es elegir un estilo de vida y ponerle un costo. Luego se trata de financiarlo. Hay que saber dónde esta esa línea de confort, sea cual sea, porque si no nunca sabrás cuando has llegado al punto que buscas y no llegarás a la satisfacción ni ganando una fortuna! ¿Cuánto dinero necesitas tú para financiar tu estilo de vida?
— Supongamos que $1,000 al mes, —respondí por entender su razonamiento.
— Bueno, pues a fin de año cuenta cuánto lograste hacer y me cuentas.
—¡Pues este año hice $12.000!— le dije.
—Bien. A seguir trabajando cada mes por esos $1,000 que supiste hacer. Ya tienes lo que necesitas.
—Y ¿qué pasa si un año hago $24.000, el doble de mi presupuesto?— le pregunté intrigado.
—Entonces te enfrentas a una difícil decisión de vida. Deberás decidir si trabajar todos los meses de tu vida y ganar muchísimo dinero o tomarte un año de vacaciones porque ya ganaste el doble de lo que necesitabas para mantener el estilo de vida que te propusiste.
Esta ha sido una perspectiva muy particular que adopté a partir de ese momento y que me permitió llevar una vida con muchas vacaciones… y seguramente en definitiva es lo que pude hacer. No hay que preocuparse por lo que pudo ser. Hay que disfrutar lo que es.
Un hombre emprendedor que asesora grandes empresas
En tu experiencia como asesor de empresas ¿qué rasgos podrían aprovechar mejor las mujeres para ser exitosas en sus carreras?

No pudiendo resistir ofrecer sus ideas a nuestro equipo, Marcelo Silbert nos apoyó en los primeros momentos de nuestro lanzamiento.
Lo de asesor de empresas no es exactamente lo mío, sólo que por metido he compartido siempre mi visión e ideas con amigos y desconocidos y terminan convocándome como asesor de sus empresas.
Respecto a la pregunta, las mujeres podrían, igual que en casa, mandar sin mandar. Se trata de aprender a pedir en el entorno laboral. Tienen una habilidad especial para tener claro cuando quieren algo e ir por ello. Usen la simpatía y la convicción de que sus ideas son buenas para vender sus planes. Y digo vender y no convencer. ¡El jefe o el equipo tiene que comprar una idea para que luego se implemente con éxito! No basta con convencer al jefe o a otros involucrados. Y para esto hay que prepararse e informarse muy bien a la hora de argumentar. Las emociones suman pero a la hora de vender tiene que haber una base argumental y de conocimiento muy solida.
Los secretos de la negociación según un hombre emprendedor que ha negociado con los más grandes empresarios
Has negociado contratos complicados y no tradicionales con personas de todo el mundo. ¿Cuál es el error más común que comete la gente al negociar?
El error mas común es no entender la prioridades e intereses reales detrás de cualquier decisión. Es importante entender que junto al proyecto o al producto nos estamos vendiendo nosotros. Y esto no es decir siempre con simpatía lo que los otros quieren escuchar, sino estar muy bien preparado para argumentar con coherencia, solidez y firmeza tanto las coincidencias como los desencuentros. Es importantísimo observar y entender a la otra parte u otras partes para ofrecer valor agregado en el momento oportuno. Para esto hay que saber estar en un estado de observación y alerta permanente, como merodeando sin agobiar para aportar soluciones con timing adecuado. Esto se aprende, valga la redundancia y repetición, observando.
¿Nos podrías dar tres o cuatro estrategias que las mujeres podrían usar a la hora de negociar?
Es cuestión de saber entender las prioridades del equipo y cada uno de sus participantes y ver la mejor manera de sumar en los momentos oportunos y callar en los inoportunos. No tomar como algo personal los desencuentros con otros sino observar y entender las diferentes personalidades y aprender a interactuar con todas y cada una de ellas. Siempre hay que pensar qué podemos hacer con lo que tenemos y no poner tanta energía en lo que nos falta. Siempre hay que sumar al proyecto por sobre los protagonismos. Si hay cosas que criticar también busquen algo que alabar. Y esto es lo mismo para hombres y mujeres. A mi lo que me gusta de los equipos es la suma de distintas perspectivas y en eso las mujeres tienen mucho que aportar a los hombres y viceversa. Lo que si no tendría sentido es que traten de parecerse a los hombres….
Y lo que nos intriga desde un primer momento, ¿por qué decidiste acercarte al Red Shoe Movement? ¿Por qué surge tu interés?
Porque cuando me cruzo con cualquier proyecto interesante donde me dejan sumar un granito de arena a un emprendedor/a o equipo adecuado, en el momento adecuado y con el proyecto adecuado, no puedo evitar meterme, entusiasmarme y disfrutarlo. El éxito del RSM se debe esencialmente a la visión, imaginación, perseverancia y capacidad de ejecución de Mariela Dabbah y su increíble equipo. Increíble no por casualidad sino porque la energía positiva atrae mas energía positiva. Gracias por haberme dejado intercambiar ideas, divertirnos y haber disfrutado de un emprendimiento que ya nació para ser un éxito.
Felicidades.
Leave a Reply
Want to join the discussion?Feel free to contribute!